Un zombi (en plural zombis, del criollo haitiano zonbi, en ocasiones escrito con la grafía inglesa zombie, en plural zombies) se refiere en términos generales a un ente que de una u otra manera, puede resucitar o volver a la vida.
El concepto de zombi encuentra sus orígenes en una figura legendaria propia del culto vudú. Se trata de un supuesto muerto resucitado por medios mágicos por un hechicero, para convertirlo en su esclavo. De acuerdo con la creencia, un houngan, bokor o hechicero vudú, sería capaz mediante un ritual, de resucitar a un muerto que quedaría sin embargo sometido en adelante a la voluntad de la persona que le devuelve la vida.
Desde el estreno de la película Night of the Living Dead en 1968, de George Romero, se plantea la idea del «zombie-ghoul», cadáver reanimado y hambriento de carne humana. Estos zombis siguen en proceso de descomposición y a pesar de ello acosan a los vivos de manera lenta e inagotable. Existen en un contexto de fantasía o magia.
Se dice que una persona que es mordida por un zombi «muerto viviente» se convierte en uno de ellos. La mordida zombi es infecciosa, al punto que la persona infectada fallece de una septicemia en muy corto plazo… para despertar luego como un zombi.
Un apocalipsis zombi es un escenario particular de la ficción apocalíptica. Se produce una invasión masiva e imparable de zombis. Que comienza en un punto específico y se extiende exponencialmente hasta abarcar el mundo «civilizado» en su totalidad.
Los zombis «muertos» usualmente se representan como seres lentos. Y cuando están solos son fáciles de rematar. Pero en gran cantidad, la horda zombi es imparable y la única opción es escapar.
El zombi de pandemia, popularizado por películas y videojuegos de los años 90, muestra un tipo de zombi distinto, el zombi viral, que se contagia con una enfermedad y rápidamente se convierte en una bestia rabiosa y sin razon. Este tipo de zombi son personas vivas. No son cadáveres. Y su mordida o el contacto con sus fluidos corporales infecta automáticamente a quienes se encuentran con ellos.
Algunas versiones del zombi de pandemia recurren a la existencia de un hongo, que infecta a un ser vivo y lo obliga a realizar acciones para reproducirse mientras consume el cuerpo de su hospedero. En otras versiones es un virus de alto contagio. En ambos casos se pueden encontrar zombis persistentes, ya sea porque la infección modifica sus metabolismos y pueden subsistir sin alimentarse por largo tiempo; o porque la infección no los mata y en la medida que el zombi se alimente, no morirá. Pero eventualmente decaen y mueren, como todo ser vivo.
Y al igual que las pandemias virales, el zombie «no muerto» pandémico es rápido y puede correr sin atender al cansancio o al dolor, hasta capturar a una persona no zombificada.
En todos los casos de zombis anteriores, el zombi es capaz de distinguir entre un zombi y un no-zombi.
La narrativa zombi se puede asociar con un contexto social, político y económico particular de nustra historia humana. Ya sea de guerra fría, de hyper-consumismo, o de pandemia global. Cada versión del zombi obedece a su tiempo y a las idologías de las personas involucradas. Y nos permite enfrentar temas relevantes, asociados a nuestros miedos más profundos, amparados por la «seguridad» que otorga la ficción.
¿Los zombis son fantasía o ciencia ficción? Uno u otro, dependiendo del enfoque.